Te amo me susurraste al oído,
 mientras tus manos dibujaban mi cuerpo con caricias
con aroma a tu piel y el ardor de tu mirada .
 A la esperanza apacible la alimentaste
 con nitratos de ternura
y manantiales de divina entrega.
Cuatro frutos exquisitos germinaron
versos en las páginas del alma
cuatro espadas atravesando
 al tejido cardíaco.
Tu ausencia es lanza 
hundida en el vacío de mi costado
palabras sin habla
espinas en mi frente
la masa reclama 
tengo sed de ti.
Al fuego y el agua de tus besos
Hiel y vinagre 
para mi agonía silente
y una plegaria sin palabras
sin promesas ni respuestas.
Amor que dueles
que me estas  matando 
en el calvario de no verte.
ADELA
 
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